“Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco” (Lucas 3:21-22).
El tema principal de este bautismo del Señor se centra en la aceptación de Cristo de su verdadera vocación y destino que comienza su ministerio y servicio público para cumplir con la voluntad de Dios para la salvación del mundo. Esta celebración para conmemorar el "bautismo del Señor" comenzó en la Iglesia Oriental (ortodoxa) cuando las personas celebraron la fiesta de la "Epifanía del Señor", que surgió en el siglo II.
Como hemos mencionado en el último domingo, la palabra "Epifanía" proviene del griego, lo que significa "apariencia" o "manifestación" del Señor. Las personas en el este conmemoran la "epifanía del Señor" con el "bautismo del Señor" en el que el Padre y el Espíritu Santo testifican, identifican y revelan la verdadera identidad de Jesús como el Hijo unigénito de Dios.
En la iglesia occidental (católicos romanos), las personas celebran ambas fiestas por separado, primero la "epifanía del Señor", luego el "bautismo del Señor", porque las personas reconocen que ambos eventos contienen diferentes enfoque e importancia en la Iglesia.
Hoy, celebramos el "bautismo del Señor", que es el último día de la temporada navideña con color litúrgico blanco. Mañana comenzamos el tiempo ordinario con color litúrgico verde hasta que llegamos a la ceniza el miércoles con color litúrgico púrpura. Acompañemos a nuestro Señor, ya que acepta su vocación vocacional y comienza a su ministerio público para cumplir con la voluntad del Padre celestial y facultado por el Espíritu Santo, y que debemos hacer lo mismo, aceptar nuestras vocaciones para cumplir con la voluntad de Dios en nuestras vidas.
Dios no nos quiere que tengamos una relación de transacción sino de transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) creen, (2) crecen, (3) sirven, (4) aman y (5) dirijan a otros a Jesús. Los temas de hoy invitan a recordar nuestro bautismo, aceptar nuestra vocación para servir a Dios y a otros como Cristo Jesús hizo para cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas.
¿Cómo hemos estado viviendo nuestro bautismo, aceptando nuestra verdadera identidad, vocación y misión?