“Hasta todos los cabellos de vuestra cabeza están contados. Así que no tengas miedo; vales más que muchos pajarillos. (Mateo 10:30-31)
El tema principal de este 12º Domingo del Tiempo Ordinario se enfoca en nuestro desafío de Evangelización para predicar y compartir la Buena Nueva de Jesucristo a través de nuestras palabras y vidas sin temor, dando testimonio valientemente de las gracias de Dios en nuestras vidas.
El miedo es una emoción inducida por la percepción de peligro o amenaza, que provoca cambios fisiológicos y de comportamiento, como huir, esconderse o congelarse ante eventos traumáticos percibidos. El miedo puede ocurrir en respuesta a cierto estímulo que ocurre en el presente, o en anticipación o expectativa de una amenaza o peligro futuro. El miedo se juzga como racional, lo que es apropiado o irracional, lo que es inapropiado y se conoce como fobia. El miedo está íntimamente relacionado con la emoción de la ansiedad. La mejor manera de mitigar el miedo es confiar en Dios todopoderoso que siempre nos protege.
La Biblia enseña dos tipos de temor: el Temor de Dios y el Espíritu de temor. El Temor de Dios es beneficioso y debe fomentarse. Este temor significa un asombro reverencial de Dios, respetando Su poder y gloria, reconociéndolo a través de conocerlo a Él y Sus atributos. El Temor del Señor trae muchas bendiciones y beneficios.
Sin embargo, el Espíritu de temor que se menciona en 2 Timoteo 1:7 (por ejemplo: temor de estar solo, de ser demasiado débil, de no ser escuchado, de carecer de necesidades físicas… etc.) es perjudicial, no proviene de Dios, y debe ser superado, confiando y amando a Dios más y completamente. La primera carta de Juan dice: “No hay temor en el amor. Pero el amor perfecto expulsa el miedo porque el miedo tiene que ver con el castigo. El que teme no se perfecciona en el amor” (1 Juan 4:18).
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SERVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a perder el miedo a la evangelización, a seguir más de cerca a Jesucristo, a arrepentirnos de nuestros pecados, a ejercer nuestra corresponsabilidad cristiana, a usar nuestro tiempo, tesoro y talentos para amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando en las obras de misericordia, cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas y glorificar a Dios.
¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros a no tener miedo?
Deseando a todos una semana bendita en el Señor.