"Y ellos, te escuchen o no, porque son una raza rebelde, sabrán que hay un profeta en medio de ellos" (Ezequiel 2:5).
El tema principal de este Decimocuarto Domingo del Tiempo Ordinario se centra en cómo los profetas y otros mensajeros de Dios inevitablemente sufren rechazo y dificultades porque desafían nuestra propensión humana a etiquetar y limitar nuestras posibilidades de excelencia en el cumplimiento de la voluntad de Dios e invitan a mirar Dios, el mundo y unos a otros con ojos más amplios y corazones más receptivos para afrontar nuestras dificultades con valentía profética.
La palabra "profeta" proviene de la palabra griega προφήτης (profétés) que significa "abogado". Un profeta es el portavoz de Dios, que actúa como intermediario con la humanidad y transmite el mensaje de Dios a su pueblo (Deuteronomio 18:18). El mensaje que transmite el profeta se llama profecía.
La asignación profética no siempre se describe de manera positiva en la Biblia. Los profetas son a menudo objeto de persecución y oposición. A pesar de los grandes sufrimientos, los profetas aceptan su vocación, no para elevar su propia gloria, sino para Dios y para hacer que el pueblo de Dios vuelva a Dios. Son recompensados por estar cerca de Dios, por tener una relación íntima con Dios. Por lo tanto, los profetas son nuestros modelos de valor y fidelidad a Dios a seguir nuestra vocación.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) LIDERAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a recibir y proclamar con valentía las palabras de Dios, arrepentirnos de nuestros pecados, reflexionar sobre nuestra vocación de discipulado cristiano dinámico para vivir una vida santa para cumplir la voluntad de Dios y obtener nuestra salvación.
¿Cómo podemos enfrentar y manejar el rechazo con valor y optimismo proféticos, respetándonos a nosotros mismos y a los demás?
Deseando a todos una semana bendita en el Señor.