“Jesús les contestó: “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed” (Juan 6:35).
El tema principal de este Decimoctavo Domingo del Tiempo Ordinario nos desafía a confiar en el cuidado providencial de nuestro Dios amoroso y a esforzarnos por satisfacer no solo nuestras necesidades físicas, sino también nuestro hambre y sed espiritual por el Pan de la vida eterna: la Sagrada Eucaristía.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informa que una de cada nueve personas en el mundo no recibe suficiente comida para estar saludable. El hambre y la desnutrición son tristes realidades en la vida de muchas personas. Sin embargo, la buena noticia es que el hambre y la desnutrición se pueden eliminar cuando trabajamos juntos y compartimos nuestros recursos de tiempo, tesoros y talentos con los necesitados.
Tenemos hambre y sed de muchas cosas además de la comida y las posesiones materiales. Tenemos hambre de ser reconocidos y honrados, de ser amados y amar, de ser escuchados y apreciados, de ayudar, consolar y animar a las personas y recibir gratitud ... Pero solo Dios puede satisfacer verdaderamente nuestras diversas formas de hambre espiritual, así como San Agustín dice: "Oh Dios, nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti" (Confesiones).
El “Pan de Vida”, la Sagrada Eucaristía es “la fuente y cumbre de la Vida Cristiana” (Lumen Gentium), porque es Jesucristo mismo. La Sagrada Eucaristía es el Sacramento del amor que nos une y nos trae la salvación, empoderando cumplir con nuestros deberes de misión y evangelización, participar en las diferentes obras de misericordia y cumplir la voluntad de Dios.
El Papa Francisco dice que la “Sagrada Eucaristía no es un premio para los perfectos, sino una poderosa medicina y alimento para los débiles” (Evangelium Gaudium 47). Por lo tanto, recibámoslo dignamente (1 Corintios 11:27-30).
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por tanto, ¿cómo podemos aceptar el “Pan de vida” de Dios con convicción, valor, comprensión y aprecio para evangelizar el mundo?