“El Señor le dijo: "Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar” (1 King 19:11).
El tema principal de este 19º domingo del Tiempo Ordinario se centra en la presencia santa, salvadora y permanente de Dios para su pueblo, y nuestra necesidad de confiar en la fe en Dios, que siempre está con nosotros. La presencia de Dios se concibe ordinariamente como un sustantivo. Sin embargo, pensar en Dios como un verbo está más en consonancia con su presencia divina dinámica, siempre comulgando, revelando, dotando, llamando y acercándonos a Él.
La presencia de Dios está en toda su creación mientras nos asegura su compañía constante. Dios dijo: “Yo estoy contigo” a Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Josué, los jueces, Samuel, David, Elías, Eliseo y todos los demás profetas. La presencia de Dios se promete a quienes viven en la fidelidad e invocan el nombre divino en sus luchas. La presencia divina de Dios está en un corazón humilde y contrito que busca a Dios, dispuesto a prestarse para servir al prójimo desafortunado. Dados estos requisitos, a los fieles se les promete la vida eterna en la presencia de Dios. En última instancia, la presencia divina y santa permanente tomó el nombre de “Emmanuel” en la persona y misión de Jesucristo, quien a su vez hizo la promesa de Su asistencia con el legado de la Iglesia que le sobrevive y continúa Su obra.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a apreciar la presencia santa, salvadora y permanente de Dios en nosotros y nuestra necesidad de confiar en Dios, seguir a Jesucristo más de cerca, arrepentirnos de nuestros pecados, ejercer nuestra mayordomía cristiana, usar nuestro tiempo, tesoro y talentos para amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando en las obras de misericordia, cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas y glorificar a Dios.
¿Cómo podemos apreciar la santa presencia permanente de Dios en toda la creación y en las diversas situaciones de nuestra vida?