“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida” (Juan 6:51).
El tema principal de este Decimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario continúa el tema del domingo pasado se centra en el Pan de Vida que desciende del cielo, que nuestro Señor quiere darnos para satisfacer nuestro más profundo hambre, de nuestro sustento espiritual más que nuestra necesidad de alimento físico.
En respuesta al hambre espiritual de la gente en sus días, Jesús se proclama a sí mismo que es "el pan de vida que desciende del cielo", y que "el que coma de este pan vivirá para siempre; y el pan que él dará es su carne" por la vida del mundo” (Juan 6:51).
Jesús está dispuesto a sacrificarse y ofrecerse a sí mismo por nosotros, para satisfacer nuestro hambre, necesidades y anhelos más profundos. Jesús continúa invitándonos a cada uno de nosotros hoy como ya lo hizo los domingos pasados, pidiéndonos que no busquemos solo el “pan” del alimento material que no nos satisfará plenamente, sino el sustento que perdura para la vida eterna (Juan 6:27). Esto significa que Jesús nos está invitando a tener una relación personal más grande, profunda e íntima con Él, a unirnos más sólidamente con Él, que Él está dispuesto a ayudarnos y proveernos, en lugar de gastar nuestro tiempo, tesoros y talentos buscando sólo por los milagros superficiales, externos y las relaciones impersonales y las cosas materiales que están pasando.
Las lecturas de hoy nos brindan otra oportunidad para continuar nuestra reflexión sobre el don de la Sagrada Eucaristía, el Pan de Vida que desciende del cielo para salvarnos, alimentarnos y fortalecernos en nuestro camino, para acercarnos cada vez más a Jesucristo para obtener la vida eterna.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por tanto, ¿cómo podemos ayudarnos unos a otros a aceptar el desafío de convertirnos en pan y bebida para los demás como lo hizo Jesús? ¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros a apreciar la presencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía, aumentar nuestra unión íntima con Cristo?
Deseando a todos una semana bendita en el Señor.