“Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad.” (Lucas 21:27).
Al entrar en la temporada de Adviento y comenzar un nuevo año litúrgico en la Iglesia, el tema principal de este primer domingo de Adviento nos invita a prepararnos para la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo a nuestros corazones, vidas y mundo. El Adviento es un tiempo de preparación y espera de la venida de Jesucristo, permitiéndole renacer en nuestras vidas. También es un momento para purificar nuestros corazones arrepintiéndonos de nuestros pecados y renovando nuestras vidas, reflexionando y experimentando las diversas venidas de Jesucristo a nuestras vidas.
Además de su primera venida en su nacimiento, asumiendo completamente nuestra humanidad excepto el pecado, Jesús viene a nuestras vidas a través de los sacramentos (especialmente a través del sacramento de la Sagrada Eucaristía), a través de la predicación de la Palabra de Dios, a través de la comunidad de culto reunida para que alabemos a Dios y en el momento de nuestra muerte, finalmente en su Segunda Venida para juzgar al mundo.
Al comienzo de un nuevo año litúrgico, cada Adviento señala un regreso al comienzo de otro año de nuestro camino de fe, pero siempre es un nuevo comienzo. Las comunidades de fe comienzan de nuevo en cada Adviento. En medio de un mundo donde rara vez se siente a Dios, anhelamos experimentar a Dios una y otra vez como si fuera la primera vez. Mientras leemos y escuchamos a nuestros antepasados en la fe durante el Adviento, confiamos en que la memoria y la esperanza volverán a cobrar vida; esta confianza no está fuera de lugar porque la Palabra, como se proclama, es una entidad viviente, que comunica un mensaje nuevo, de una manera nueva, en un año nuevo, a un pueblo que anhela ser renovado de nuevo. Cada domingo de Adviento (así como cada domingo del año) la Palabra llama a la asamblea de fe reunida a ir más allá de la rutina y pasar del ensayo cíclico al avance personal.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) LIDERAN a otros a Jesús. Los temas de hoy quieren que nos preparemos para la venida de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
¿Cómo podemos prepararnos para la segunda venida de Jesucristo?