“Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad.” (Marcos 13:26).
El tema principal de este 33 ° Domingo del Tiempo Ordinario nos da la seguridad de que nuestro Dios estará con nosotros todos los días de nuestra vida con la presencia permanente del Espíritu Santo en medio de nosotros, guiándonos, protegiéndonos y fortaleciéndonos a pesar de nuestro incertidumbre necesaria acerca del tiempo del fin, cuando "Cristo vendrá otra vez en gloria para juzgar a vivos y muertos".
Cada año en esta época, la Iglesia nos pide que apliquemos las “últimas cosas” - Muerte, Juicio, Cielo e Infierno - a nosotros mismos, para reflejar cómo lo hemos hecho durante el año y lo que tenemos que hacer y mejorar antes del final. del año.
Las lecturas de hoy aconsejan a aquellos que están asustados y preocupados por el final, que malgastarían sus energías en este sentido para confiar su futuro incognoscible a las manos capaces y bondadosas de Dios. Aunque la atmósfera puede estar plagada de especulaciones, y abundan los detractores y los profetas del fin del mundo, nosotros, como discípulos cristianos, estamos llamados a recordar el dicho de Cristo: “En cuanto al día u hora exactos, nadie lo sabe, ni los ángeles en el cielo ni siquiera el Hijo, pero solo el Padre ". Con esta declaración como nuestro escudo, los discípulos de Jesús pueden rechazar todas y cada una de las predicciones y poner fin a todos los temores desmesurados.
Si "nadie sabe el día o la hora", entonces, los especuladores y sus especulaciones no deberían recibir nuestra atención; ninguna predicción debería justificar ninguna medida de temor o ansiedad. En lugar de centrarnos en el día y la hora, que no nos corresponde a nosotros determinar, se nos invita a preocuparnos por vivir sabia y justamente en el tiempo presente, a mirar hacia la futura venida de nuestro Salvador con gozo, esperanza y serenidad, esforzándonos vivir en la presencia ahora con una auténtica vida cristiana.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) LIDERAN a otros a Jesús. Los temas de hoy nos invitan a estar atentos y preparados para la segunda venida del Hijo del Hombre y a no tener miedo de las calamidades, guerras y sufrimientos de los últimos tiempos.
¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros a reconocer la “segunda venida” de Jesucristo en nuestra vida diaria?