“¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo recibiera yo con intereses?" (Mateo 25:27).
El tema principal de este 33º Domingo del Tiempo Ordinario se centra en nuestra preparación para los últimos tiempos, nuestra necesidad de dar cuenta a Dios de todo lo que hemos hecho en la vida, al final del año litúrgico, para hacer buen uso de lo que Dios nos ha dado. talentos en nuestras vidas para glorificar a Dios.
Nuestras preocupaciones y ansiedad por el tiempo del fin serían inútiles si siguiéramos enfocándonos en ellas sin ejercitar los talentos dados por Dios para producir buenos frutos antes de la segunda venida de Cristo, el día del juicio final. Hoy la Iglesia pone 4 modelos (a saber, la mujer de la primera lectura y los tres siervos del Evangelio) para incentivarnos en la importancia de producir buenos resultados para Dios.
La mujer valiosa desarrolló sus talentos y bendiciones. De manera similar, los dos primeros siervos del Evangelio también hicieron lo mejor que pudieron con el tiempo y la oportunidad que se les asignó. Pero el último siervo no aprovechó la oportunidad para ejercitar sus talentos. En cambio, dejó que tanto las oportunidades como los talentos permanecieran en barbecho. Como resultado de su cobardía, dilación y excusa, se le consideraba inútil, perezoso e indigno de participar en la alegría de su amo.
Por lo tanto, Dios nos invita hoy a vivir de tal manera que aprovechemos mejor los talentos que Dios nos ha dado para glorificar Su Santo Nombre.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) CONDUCEN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a ejercitar sin temor ni excusas los talentos que Dios nos ha dado, preparándonos constante y diligentemente para la segunda venida de Cristo en el tiempo del fin, a seguir a Jesucristo más de cerca, a arrepentirnos de nuestros pecados, a ejercer nuestra mayordomía cristiana, a usar nuestro tiempo, tesoro y talentos para amar a Dios sobre todo y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando en las obras de misericordia, cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas y glorificar a Dios.
¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros a hacer uso de nuestros talentos en nuestras vidas en los últimos tiempos?