" A todos ustedes… a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor". (Romanos 1:7)
El tema principal de este cuarto domingo de Adviento se centra en nuestra preparación continua para la próxima llegada de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien traerá la paz verdadera a nuestro mundo y nuestras vidas. Debido a que estamos en el cuarto domingo de adviento, encendemos las 4 velas de adviento en la corona para simbolizar que el cumpleaños de Jesucristo, la venida del Señor es inminente.
La paz es uno de los mayores dones deseados en el Antiguo Testamento. Se le promete al pueblo de Israel como recompensa por su fidelidad (Levítico 26:6) y aparece como una obra de Dios (Isaías 26:12).
Solo Dios puede darnos la verdadera paz que el mundo no puede dar porque solo Dios es todopoderoso a través de quien la verdadera paz reina eternamente. A diferencia de la mentalidad mundana, la paz auténtica no proviene de la ausencia de guerra, sino de nuestro sincero arrepentimiento y correcta relación con Dios. Por tanto, la verdadera paz no puede alcanzarse ni siquiera desde las más íntimas amistades o similitudes espirituales si no se basa en la comunión total de nuestra voluntad con la voluntad de Dios. Si nos atenemos a la voluntad de Dios, obtendremos y disfrutaremos del mayor tesoro de nuestra vida, la auténtica paz.
El verdadero don de la paz vendrá con la llegada del Mesías (Isaías 11:6-9). Como Hijo unigénito de Dios y es Dios, Jesucristo, el Mesías largamente esperado, que viene a traernos la paz verdadera, la paz mesiánica y redentora, porque él es el “Príncipe de la Paz” (Isaías 9:6) y nos invita a aprender de él, que es manso y humilde de corazón, para que podamos encontrar la verdadera paz (Mateo 11:29). Por lo tanto, el Evangelio es la buena noticia de la paz (Hechos 10:36) y los que llevan la paz a los demás son llamados hijos de Dios (Mateo 5:9).
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SERVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a prepararnos continuamente para la próxima venida de nuestro Señor Jesucristo, quien nos traerá la paz verdadera, a arrepentirnos de nuestros pecados, a ejercer nuestra mayordomía cristiana, a usar nuestro tiempo, tesoro y talentos para amar a Dios sobre todas las cosas y para amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando de las obras de misericordia, para cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas para glorificar a Dios.
¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros a experimentar la verdadera paz en nuestras vidas?