“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman.” (Lucas 6:27-28).
El tema principal de este 7º Domingo del Tiempo Ordinario se centra en el poder del amor cristiano que Jesús nos enseña, pidiéndonos que practiquemos el perdón, la misericordia y la bondad con todos, incluso con nuestros enemigos. Las lecturas también nos instruyen sobre la importancia de las decisiones que tomamos. Las decisiones correctas nos llevan a Dios, pero las malas rompen nuestra relación con Él y con los demás.
El perdón, la misericordia y la bondad son los dones liberadores de Dios para nosotros, pecadores arrepentidos, que nos invitan a restablecer una amistad íntima con Él, a honrarlo y respetarlo, a mejorar, a cambiar nuestra vida, a superar las malas acciones pasadas, a ser una persona mejor y más feliz. La libertad, la misericordia y la bondad benefician al dador de albergar rencores permanentes, ira, resentimiento y deseo de venganza, encadenado por el hecho doloroso pasado sin posibilidad de avanzar hacia un futuro mejor. Por lo tanto, los dones del perdón, la misericordia y la bondad para ser auténticos deben dejar ir, dejar de lado y olvidar la culpa y el evento pasado del pecador.
Esta elección correcta de perdonar a nuestros enemigos, ser misericordiosos y amables con ellos y estar libres de toda amargura, resentimiento, ira, daño, dolor y sufrimiento es posible solo cuando elegimos permitir que Dios sea el centro de nuestras vidas, confiar en Dios, creer en Dios, agradar a Dios y cumplir la voluntad de Dios que resultará en verdadera armonía, gozo y paz. Por el contrario, la elección equivocada del egocentrismo continúa enfocándose en el ego, la demanda y el placer, como el centro del universo de uno perpetuará el dolor y el sufrimiento continuos, la interrupción, del caos, la ruptura de las relaciones, la lucha y la destrucción final de todo.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. Los temas de hoy nos invitan a tomar la decisión correcta de practicar el amor, el perdón, la misericordia y la bondad con todos, incluso con nuestros enemigos.
¿Cómo podemos practicar el comportamiento lleno de gracia para: amar, perdonar, hacer el bien y orar, no solo a nuestros amigos sino también a nuestros enemigos?
Deseando a todos una semana bendecida en el Señor.