"Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cállate, enmudece!” Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: “¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?” Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?" (Marcos 4:39-41)
El tema principal de este duodécimo domingo del tiempo ordinario se centra en el papel de Dios en el apaciguamiento de las tormentas de la vida tanto en la historia de la Iglesia como en la vida de los cristianos. Las lecturas describen cómo Dios ha logrado controlar la tormenta en el mar embravecido, que con sus oscuras profundidades se ha asociado con los poderes del mal, la ruina y el caos. Las lecturas nos invitan a poner nuestra atención y enfocarnos en Dios por encima de todo, confiando en su bondad, compasión, misericordia y poder para rescatarnos de todas las calamidades malignas y desastres del pecado y la muerte, para llevarnos al verdadero gozo, paz y felicidad de vida eterna.
Para los hebreos, el mar es uno de los elementos básicos del que se forma todo. Al principio, Dios separó los mares de la tierra y formó un universo de tres niveles: (1) la tierra, (2) los cielos sobre la tierra y (3) las aguas debajo de la tierra. Las aguas, que a veces se llaman tehôm (el abismo), rodean por completo el universo.
Muchos pueblos antiguos personificaron al mar como un gran monstruo, p. Ej. los mesopotámicos lo llamaron Tiamat; los cananeos temían a la criatura marina Lotán… etc. los israelitas creían que el mar estaba bajo el control de Dios. Las Escrituras hebreas reflejan cómo Dios tiene poder para domesticar a las temibles criaturas de las profundidades, para dividir el mar para que los fugitivos de Egipto puedan viajar a la libertad.
Debido a que Dios es todopoderoso, debemos buscar y mirar a Dios y confiar en su amor misericordioso para rescatarnos de todos los daños.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, ¿cómo podemos confiar más en Dios para enfrentar las tormentas en nuestras vidas?