“El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse.” (Hechos 2:1-4)
El tema principal de este domingo de Pentecostés se centra en el nacimiento de la Iglesia, la venida del Espíritu Santo como lengua de fuego que desciende sobre los discípulos en el cenáculo, transformándolos de temerosos de los judíos a valientes y corajes para proclamar la Buena Nueva, el Evangelio de Jesucristo, para dar testimonio de la resurrección del Señor al mundo.
Pentecostés, significa 50, que originalmente es una fiesta judía de acción de gracias posterior a la cosecha celebrada el día 50 después de la Pascua para conmemorar la alianza de Dios con Noé, luego con Moisés en el Monte Sinaí. Durante la Pascua, se ofrece a Dios un canasto de cebada. Pero en Pentecostés, se ofrecen dos hogazas de pan en agradecimiento por la cosecha. Por lo tanto, Pentecostés contiene un sentido de transformación y cumplimiento simbolizado por el cambio de la cebada en hogazas de pan.
Los discípulos cristianos celebran Pentecostés con diferentes significados por su experiencia de recibir el Espíritu Santo. Fortalecidos por la presencia y los dones divinos, los temerosos apóstoles se transforman en valientes misioneros, predicadores y evangelizadores, que proclaman y defienden la fe cristiana, la esperanza y el amor a Cristo Resucitado, hasta morir como mártires, compartiendo y llevando audazmente la Buena Nueva hasta el fin del mundo, obteniendo el éxito inicial de bautizar a 3.000 personas en Jerusalén.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a acoger al Espíritu Santo en nuestras vidas y a apreciar y desarrollar los dones del Espíritu Santo para producir sus muchos buenos frutos para renovar nuestras vidas para glorificar a Dios.
¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros a cultivar el Espíritu Santo de perdón, compasión, paciencia, tolerancia, magnanimidad, justicia, paz y misericordia de Dios?