“Y le decía a Jesús: "Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí". Jesús le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:42-43).
El tema principal de esta Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, se centra en la realeza universal y eterna de nuestro Salvador. La celebración de hoy finaliza nuestro presente año litúrgico y nos prepara para entrar en el próximo con el Adviento, la venida de nuestro Señor, que verdaderamente es el Rey de Reyes, y el Señor de Señores, el Rey más grande del universo.
La celebración de la Solemnidad de Cristo Rey es una incorporación relativamente reciente al calendario litúrgico occidental. El Papa Pío XI la instituyó en 1925 con su carta encíclica "Quas Primas", en respuesta al creciente nacionalismo y secularismo del mundo y en el contexto de la Cuestión Romana no resuelta (es decir, la disputa política entre el Gobierno italiano y el Papado en 1861 a 1929).
La fiesta de hoy tenía como objetivo recordar a los gobiernos totalitarios de Mussolini, Hitler y Stalin que Jesucristo es el único Rey Soberano Verdadero, y traer el reinado de Cristo y los valores cristianos de vuelta a nuestras vidas, sociedad y arena política. El Papa Pablo VI la hizo Solemnidad en 1969 para desafiarnos a ver a Cristo como nuestro Rey en todos, especialmente en los menos importantes y los marginados, y a tratar a todos con honor, respeto, aprecio, compasión, misericordia y amor como lo haríamos con Jesucristo.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a apreciar y honrar la realeza universal y eterna de nuestro Salvador Jesucristo, a amar a Dios sobre todo y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando de las obras de misericordia, para cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas para glorificar a Dios.
¿Cómo podemos rendirnos al reinado de Cristo, cumplir Sus mandamientos de amor, dar testimonio de Su realeza?