"pues a esto han sido llamados, ya que también Cristo sufrió por ustedes y les dejó así un ejemplo para que sigan sus huellas". (1 Pedro 2:21)
El tema principal de este cuarto domingo de Pascua (también conocido como el “Domingo del Buen Pastor” o el “Día Mundial de Oración por las Vocaciones”) se centra en nuestra obligación de cumplir públicamente la instrucción del Señor de: "Ora al Señor de los mies para que envie obreros a su mies" (Mateo 9:38; Lucas 10:2).
Como culminación a una oración que se ofrece continuamente en toda la Iglesia, afirma la primacía de la fe y de la gracia en todo lo que se refiere a las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Apreciando todas las vocaciones, la Iglesia concentra su atención este día en las vocaciones a los ministerios ordenados (sacerdocio y diaconado), la vida consagrada en todas sus formas (vida religiosa masculina y femenina, sociedades de vida apostólica, virginidad consagrada), los institutos seculares en su diversidad de servicios y membresía, y a la vida misionera.
Vocación significa llamado. En el mensaje de su santidad el Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones de 2022, llama a todos a construir la familia humana, a caminar juntos y cultivar el espíritu de escucha, participación y compartir, para sanar las heridas y guiar al mundo a un futuro mejor como vocación común.
El Papa Francisco indica que (1) Estamos llamados a ser juntos protagonistas de la misión de la Iglesia, a discernir y estimar las diversas vocaciones, carismas y ministerios, a evangelizar, a salir y sembrar la semilla del Evangelio en la historia, a convertirnos en auténticos discípulos de Jesucristo, basados en nuestro bautismo. (2) También estamos llamados a ser custodios unos de otros y de la creación de Dios, para fortalecer los lazos de armonía y participación. (3) Estamos llamados a “acoger” la mirada de Dios, que, en cada uno de nosotros, Dios ve un cierto potencial, a veces sin saberlo, y a lo largo de nuestra vida Dios trabaja incansablemente para que podamos poner este potencial al servicio de la bien común. (4) También estamos llamados a “responder” a la mirada de Dios como lo hizo Jesucristo, llenos de amor que se posa sobre cada uno de nosotros, deseándonos desarrollar todo nuestro potencial, ya sea en la vocación a los ministerios ordenados, o a las vidas consagradas, o al matrimonio, o a la soltería, a servir al bien y a difundir el amor de Dios con nuestras palabras y obras. (5) Estamos llamados a construir un mundo fraterno en la Iglesia, a celebrar las diferencias, capaces de caminar juntos, unidos en la diversidad armoniosa, donde todos puedan participar y contribuir activamente, dar testimonio de la verdad, unidos en el amor para glorificar a Dios.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a reconocer, apreciar, ejercer y orar por más vocación para los ministerios ordenados y vidas consagradas en la Iglesia, para imitar y seguir más de cerca a Jesucristo, arrepentirnos de nuestros pecados, ejercer nuestra corresponsabilidad cristiana, usar nuestro tiempo, tesoro y talentos para amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando en las obras de misericordia, cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas y glorificar a Dios.
¿Cómo podemos cumplir nuestra propia vocación y orar por más ministros ordenados y vidas consagradas en la Iglesia?
Deseando a todos una muy feliz y bendecida temporada de Pascua.