"Jesús le dijo: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva”. (Juan 4:10)
El tema principal de este tercer domingo de Cuaresma se centra en la invitación de Dios para nuestra conversión continua y cada vez más profunda durante este tiempo de Cuaresma, para arrepentirnos de nuestros pecados, para abrazar la vida santa de Dios que solo Él puede proporcionarnos el "agua viva" y verdaderamente saciar nuestra sed y cumplir nuestro más profundo anhelo.
Las lecturas de hoy se centran en la importancia del “agua”, ya que simboliza nuestra relación con Dios. El agua representa la bendición de Dios y el Espíritu que nos llegan en el sacramento del bautismo. Por lo tanto, el agua es el signo externo de una realidad interna, la venida de Dios a nosotros como una fuerza penetrante que entra en todos los aspectos de nuestra vida.
La bendición y el Espíritu de Dios sacian nuestra sed más íntima. Así como el agua es la fuente de vida para los israelitas asombrados en el desierto, simboliza la relación verdadera, amorosa y afectuosa que Jesucristo tiene con nosotros.
De hecho, una de las razones por las que venimos todos los domingos a la Iglesia a celebrar la Misa es para recibir y compartir esta agua divina de la bendición de Dios con nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Sólo Dios puede darnos esta agua viva. Él desea dárnoslo y compartirlo con nosotros. Necesitamos agradecer a Dios y apreciar (1) “el Espíritu Santo”, (2) “la Palabra” y (3) “los Sacramentos”, que son nuestras principales fuentes de bendiciones del “agua viva” de la gracia divina que nos nutre, y da energía y nos libera de las tinieblas del pecado, el sufrimiento y la muerte, ayudándonos a alcanzar nuestra salvación eterna. Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a trabajar con el Espíritu Santo para imitar y seguir a nuestro salvador Jesucristo en este tiempo de Cuaresma quien es el único que puede darnos el “agua viva” para saciar toda nuestra sed y darnos “vida eterna”, para arrepentirnos de nuestros pecados, ejercer nuestra corresponsabilidad cristiana, usar nuestro tiempo, tesoro y talentos para amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando en las obras de misericordia, para cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas para glorificar a Dios.
¿Cómo podemos ser transformados por el “agua viva” de Dios?
Les deseo una muy feliz y bendecida semana en el Señor.