“Alguien le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?" Jesús le respondió: "Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán". (Lucas 13:23-24)
El tema principal de este 21º Domingo del Tiempo Ordinario Año C se centra en una de nuestras preguntas existenciales: ¿Cómo podemos entrar al “cielo”? Las preguntas existenciales son aquellas que nos hacemos: “¿De dónde vengo?” "¿Por qué estoy aquí?" "¿A dónde voy?" “¿Cómo puedo ser realmente feliz?”….etc.
Cuando estamos realmente felices, pensamos y sentimos como si estuviéramos en el cielo. El cielo se puede concebir como (1) el techo del mundo, (2) la morada de Dios y (3) nuestro verdadero hogar y destino final. Aunque Dios es omnipresente, se manifiesta de manera especial en la luz y grandeza del firmamento de los cielos. El cielo también es (4) la morada de los ángeles; porque ellos están constantemente con Dios y ven Su rostro. Con Dios en el cielo están igualmente (5) las almas de los justos, los santos que Cristo los condujo de regreso a la patria celestial. Así, el término cielo ha venido a designar (6) nuestra felicidad eterna en la próxima vida.
El cielo es donde nuestra verdadera felicidad nunca terminará. Jesús quiere que nos “esforcemos” para entrar en él, lo que significa que para entrar al cielo necesitamos hacer sacrificios y pagar un precio. Jesús también nos enseña hoy que debemos entrar por la “puerta estrecha”, a la que muchos teólogos han dado diferentes significados y explicaciones en términos de fe, esperanza, amor, oración y servicio, basados en los ejemplos y la vida de Jesucristo.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SERVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a entrar al cielo por la puerta estrecha de nuestra fe cristiana, a imitar a Cristo y hacer las obras de misericordia, a amar a Dios sobre todo y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos para cumplir la voluntad de Dios en nuestra vida para glorificar a Dios.
¿Cuál es la “puerta estrecha” del amor sacrificial en acción que nos permite entrar al cielo?