“Como está escrito en el libro de las predicciones del profeta Isaías: Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios.” (Lucas 3:4-6).
El tema principal de este segundo domingo de Adviento del Año C continúa invitándonos a prepararnos para la venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo a nuestros corazones, vidas y mundo. Durante estas cuatro semanas de Adviento, cada uno de nosotros está invitado a viajar lejos de todo lo que podría distraernos del advenimiento de nuestro Dios, a un lugar de paz y reclusión, donde podamos redescubrir la presencia de Dios sin obstrucciones y escuchar la voz de Dios sin distracción.
A través del ayuno y la oración, y al prestar atención con cuidado a los dones bíblicos especiales de esta temporada, seremos renovados en las visiones que sostuvieron a nuestros ancestros guardianes en la fe y dirigieron el curso y el crecimiento de nuestra fe como comunidad de creyentes. Ninguno de nosotros está llamado a embarcarse en esta búsqueda como ermitaño; la búsqueda espiritual, que es el Adviento, es una peregrinación comunitaria. Como compañeros de viaje, también nos encontraremos en compañía de otros viajeros veteranos, cuya sabiduría y experiencia nos serán de gran utilidad.
Las lecturas de hoy nos desafían a preparar un camino real en nuestro corazón para Jesús, para que podamos recibirlo como nuestro Dios salvador durante la Navidad. También debemos estar preparados para Su llegada diaria a nuestras vidas, en la Sagrada Eucaristía, en la Santa Biblia y en la comunidad de oración, en la Palabra de Dios proclamada. Finalmente, se nos pide que estemos listos para encontrarnos con Él al final de nuestras vidas y al final del mundo como nuestro Juez en su Segunda Venida.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) LIDERAN a otros a Jesús. Los temas de hoy quieren que nos preparemos para la venida de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros a arrepentirnos, a buscar el perdón de Dios y de aquellos a quienes hemos herido?
Deseando a todos una semana bendecida en el Señor.