“y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante.” (Lucas 13:5).
El tema mayor de este 3er domingo de Cuaresma se centra en la autorrevelación de Dios como amor verdadero, compasivo y misericordioso, que ha escuchado el clamor de los pobres, ha sido testigo de la realidad de nuestra miseria, queriendo rescatarnos de las circunstancias pecaminosas, guiándonos a la Tierra Prometida que está llena de eterna felicidad, gozo y paz. Aunque el amor de Dios por nosotros es constante y consistente, Dios no nos salvará sin nuestra cooperación y arrepentimiento. Por tanto, Dios nos invita en esta Cuaresma: (1) a arrepentirnos de nuestros pecados, (2) a renovar nuestra vida y (3) a producir frutos de amor, compasión, perdón, misericordia y servicio fiel.
Arrepentirse es dar la vuelta y volver a Dios, reconocer y dejar ir nuestro orgullo pecaminoso, deseo egoísta y fechorías, poner a Dios en el centro de nuestra mente, alma, corazón y vida, reparar nuestra relación con Dios, para profundizar nuestra confianza, fe en Él, para enmendar nuestras vidas y mejorar nuestra relación con nuestro prójimo, participando en las obras de misericordia. Muchas veces, nuestra enmienda penitencial cuaresmal requiere nuestros sacrificios y mortificaciones personales, para corregir y, con suerte, disminuir o eliminar nuestra pecaminosidad y vicios, para aumentar nuestra práctica de obras virtuosas de misericordia, para producir una mayor gloria de Dios. Con nuestra mortificación y penitencia sacrificial, nos elevamos a Dios, nos unimos íntimamente con Cristo, experimentaremos la gloria de la resurrección de Cristo en el Domingo de Pascua.
Esta tarea es urgente y necesaria para que alcancemos la vida eterna. El tiempo es ahora porque la vida es corta. Necesitamos aprovechar el día para actuar ahora y usar esta oportunidad de la temporada de Cuaresma para mejorar nuestra vida espiritual para lograr nuestra meta, la felicidad eterna y la paz completa con Dios.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. Las lecturas de hoy nos invitan a arrepentirnos y reformar nuestra vida ahora y a no abusar de la misericordia de Dios que nos exige producir buenos frutos.
¿Cómo podemos arrepentirnos de nuestros pecados, enmendar nuestra vida en esta Cuaresma?
Deseando a todos una semana bendecida en el Señor.