"El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz’." (Números 6:24-26)
El tema principal de esta Solemnidad de la Santísima Virgen María, la “Madre de Dios”, se centra en su título “Theotokos”, que es uno de los dogmas de nuestra fe promulgado en el Concilio de Éfeso en el año 431 d.C., declarando que su Hijo Jesús Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre: una sola persona con dos naturalezas (divina y humana) íntima e hipostáticamente unidas, y la importancia de la Santísima Virgen María en la vida de la Iglesia y en nuestra vida.
Venimos también hoy a celebrar el primer día del año del calendario cívico, que la Iglesia conmemora y dedica a la maternidad de la Santísima Virgen María, nuestra madre celestial, pidiéndole que interceda por nosotros ante Dios para obtener de Dios abundantes bendiciones a lo largo de todo este año, para alabarlo por la encarnación de Su Hijo unigénito que vino a nuestro mundo y nuestras vidas, y por revelar Su misterioso plan para nuestra salvación.
Los no católicos a veces creen que adoramos a María como una diosa que dio a luz a nuestro Dios Jesús y argumentan que no hay base bíblica para honrarla y que los católicos la adoran y la igualan a Dios. No entienden las razones de su título de "Theotokos = Madre de Dios". Definitivamente no podemos ni debemos adorar a María, equipararla o reemplazarla con Dios. Más bien, la honramos, la respetamos, la buscamos y la amamos, principalmente porque Dios la honra al elegirla antes de la fundación del mundo para ser la madre de Jesucristo, quien es verdaderamente una sola persona con 2 naturalezas (humana y divina), cuando Jesús, la segunda persona de la Santísima Trinidad, tomó nuestra carne y se hizo hombre.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a apreciar las infinitas bendiciones de Dios para con nosotros, dándonos a nuestra madre celestial la Santísima Virgen María la “Theotokos” y a nuestro salvador Jesucristo, quien nos trae la paz verdadera, a arrepentirnos de nuestros pecados, a ejercer nuestra corresponsabilidad cristiana, a usar nuestro tiempo, tesoro y talentos para amar a Dios sobre todo y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando en las obras de misericordia, para cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas para glorificar a Dios.
¿Cómo podemos apreciar las infinitas bendiciones de Dios, mejorarnos con nuevos propósitos en este Año Nuevo?