“En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". (Lucas 1: 26-28)
Hoy celebramos el cuarto domingo de Adviento. El tema principal de las lecturas de hoy se centra en la anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen María y las circunstancias que condujeron a la primera venida de Jesucristo, el evento que marca la pauta de su venida a nosotros ahora y al final de los tiempos.
El saludo del ángel a María, "Dios te salve, llena de gracia", nos recuerda las palabras de Dios a Moisés en la zarza ardiente, "Yo estaré contigo" (Éxodo 3:12), el saludo del ángel a Gedeón, "El Señor está contigo, valiente guerrero" (Jueces 6:12) y la seguridad del Señor a Jeremías: "No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte" (Jeremías 1:8).
La Virgen María atraviesa muchas dificultades en su vida. A pesar de la confusión y sin comprender plenamente todas las ramificaciones, sigue comprometida en la fe. Ella es una discípula modelo (es decir, una que escucha la Palabra de Dios y toma una decisión consciente de vivir en consecuencia).
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) LIDERAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a CREER como lo hizo la Virgen María y ser transformados en el amor de Dios para cumplir la voluntad de Dios y obtener nuestra salvación.
¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros a ser valientes, generosos, humildes y obedientes para decir “sí” a Dios como lo hizo la Virgen María, amándolo para cumplir Su voluntad en nuestras vidas?