“El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse” (Hechos 2:1,4).
El tema principal de este domingo de Pentecostés se centra en la venida del Espíritu Santo sobre los discípulos, los apóstoles y la Virgen María, que marca el nacimiento de la Iglesia, animando a todos los cristianos a trabajar en la misión evangelizadora encomendada por Cristo, para expandir el reino de Dios en nuestras vidas para la salvación del mundo.
La celebración de hoy es una fiesta que celebran tanto los judíos como los cristianos. Para los judíos, el Pentecostés, junto con la fiesta de la Pascua y la fiesta de los Tabernáculos, es una de sus principales fiestas, en la que todo varón judío que viviera dentro de las 20 millas de la ciudad capital de Jerusalén estaba legalmente obligado a ingresar a la ciudad y participar en la ceremonia tradicional prescrita en el Antiguo Testamento.
La palabra "Pentecostés" proviene de la palabra griega "Pentēkostē", que literalmente significa "quincuagésimo", que celebra el día 50 o el final de las siete semanas sabáticas después de la Pascua. Es un día de acción de gracias, recordando el pacto de Dios con Noé, que tuvo lugar 50 días después del gran diluvio, y el Pacto Sinaítico de Dios con Moisés, que ocurrió 50 días después del comienzo del Éxodo de Egipto.
Sin embargo, para los cristianos, Pentecostés marca el final del tiempo pascual con la venida del Espíritu Santo, que es nuestro Abogado, la tercera persona divina de la Santísima Trinidad (CIC #731). Él es don y poder de Dios, que nos trae el amor divino, conocido como caridad, que es fuente de vida nueva en Cristo (CIC #733, #735), capacitándonos para predicar la Buena Nueva del Evangelio a todos.
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SERVEN, (4) AMAN y (5) GUIAN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a apreciar el don de Dios del Espíritu Santo, a imitar y seguir más de cerca a Jesucristo, a arrepentirnos de nuestros pecados, a ejercer nuestra mayordomía cristiana, a usar nuestro tiempo, tesoro y talentos para amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando de las obras de misericordia, cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas y glorificar a Dios.
¿Cómo podemos recibir y reconocer la morada del Espíritu Santo dentro de nosotros y apreciar sus dones divinos, ayudándonos a mantener y expandir el reino de Dios, la Santa Iglesia, en nuestras vidas?
Deseando a todos una semana bendita en el Señor.