“Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos.” (Mateo 25:31-32)
El tema principal de esta Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, se centra en la realeza, autoridad, gobierno y poder de Cristo, nuestro Divino Salvador, sobre todo.
Esta fiesta es una adición relativamente reciente al calendario litúrgico occidental, ya que fue instituida en 1925 por el Papa Pío XI, en respuesta al creciente nacionalismo y secularismo y en el contexto de la Cuestión Romana no resuelta (una disputa política entre el Gobierno italiano y el Papado de 1861 a 1929). En 1970 el Papa Pablo VI trasladó esta celebración al último domingo del Tiempo Ordinario para dejar clara la importancia escatológica de esta solemnidad. Los protestantes (anglicanos, luteranos) y la Iglesia ortodoxa rusa también lo adoptan como último domingo del año litúrgico de la iglesia, el domingo anterior al Primer Domingo de Adviento.
El Papa Benedicto XVI, el 25 de noviembre de 2012, en su Ángelus instó a los fieles a "prolongar la obra salvífica de Dios, convirtiéndonos al Evangelio y colocándonos con convicción tras las huellas de aquel Rey que no vino a ser servido sino a servir y dar testimonio de la verdad.
El Papa Pío XI declaró: “Cristo debe reinar (1) en nuestras mentes, las cuales deben asentir con perfecta sumisión y firme creencia a las verdades y doctrinas reveladas; (2) en nuestras voluntades, que deben obedecer las leyes y preceptos de Dios; (3) en nuestros corazones, que deben desdeñar los deseos naturales de amar a Dios sobre todo; (4) en nuestros cuerpos y miembros, que deben servir como instrumentos para la santificación de nuestras almas, "como instrumentos de justicia para Dios" (Quas primas, 33).
Dios no quiere que tengamos una relación de Transacción sino de Transformación. Por lo tanto, los discípulos cristianos dinámicos son aquellos que (1) CREEN, (2) CRECEN, (3) SIRVEN, (4) AMAN y (5) CONDUCEN a otros a Jesús. El tema de hoy nos invita a reconocer y apreciar el reinado, la autoridad, el gobierno y el poder de Cristo, a seguir a Jesucristo más de cerca, a arrepentirnos de nuestros pecados, a ejercer nuestra mayordomía cristiana, a usar nuestro tiempo, tesoro y talentos para amar a Dios sobre todo y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, participando en las obras de misericordia, cumplir la voluntad de Dios en nuestras vidas y glorificar a Dios.
¿Cómo podemos ayudarnos unos a otros a reconocer la realeza de Cristo, servirle en los pobres y necesitados…?